El kitesurf lo relacionamos con el mar y playas ventosas. Pero también existe la modalidad de aguas interiores para deslizarse sobre aguas de pantanos sacudidos por el viento. El embalse de La Loteta, en Zaragoza, a la sombra del Moncayo, es un buen ejemplo de ello. Un lugar donde el cierzo sopla con la frecuencia y violencia deseada por los aficionados al divertido deporte de la cometa y la tabla.