🗺️ Diario del Trip Dakhla organizado por Suelta La Barra a North Lagoon Dakhla

🗺️ Diario del Trip Dakhla organizado por Suelta La Barra a North Lagoon Dakhla

Finalmente, el momento que tanto había esperado este año se hizo realidad. Después de incontables horas revisando vídeos, el trip de Suelta La Barra a Dakhla, organizado con esmero para un grupo de amigos de sueltalabarra.com, estaba listo para comenzar. Mi intención era clara: que este fuera el primero de muchos viajes memorables, fomentando siempre la participación y un fuerte sentido de comunidad. Con 14 amigos confirmados, la sensación de éxito era palpable desde el inicio.

El viernes, tras la comida, emprendí el camino en coche hacia Madrid. Mi compañero de aventuras era Luigi, uno de esos amigos esenciales con quien las conversaciones fluyen sobre deportes, trabajo y familia. Recorrimos las tres horas de trayecto, mientras otros amigos se trasladaban desde Logroño y Valencia. Para asegurar un embarque sin estrés, reservamos un hotel cerca de la T1 de Barajas, una solución práctica y cómoda para dejar el vehículo.

Una vez instalados y tras un breve picoteo a las 19:00, optamos por descansar hasta las 3:30 de la mañana. El vuelo cerraba a las 5:50, y sabíamos que los controles aduaneros y de seguridad requerirían tiempo.

Ya en la zona internacional, cerca de la puerta A10, se produjo el encuentro. Saludé a Nekane y Michel (riders de Logroño), Alfonso Gundulain y Javier Arpón (a quienes conocía por su vinculación con el Club Kitesurf La Loteta), y poco después llegaron Marta, Javi y Fernando desde Navarra. El ambiente en el café de la madrugada era de pura anticipación.

El embarque fue tranquilo. A bordo, encontré a Emilio y Mariangel, y me aseguraron que Eva y Jesús también estaban. El vuelo nos regaló un amanecer espectacular sobre el Atlántico, con la silueta de África asomando en el horizonte, una imagen que prometía un viaje inolvidable.

Los traslados una odisea.

🌴 North Lagoon Dakhla: Llegada y primeras impresiones

La llegada al aeropuerto de Dakhla y el control de acceso resultaron sencillos. En el exterior, Adán, el dueño del North Lagoon Dakhla Hotel, había dispuesto tres vehículos para nuestro traslado. El complejo, situado junto a la gran laguna, ofrece diez bungalows y seis tiendas Sáhara. Nuestro grupo tenía reservados los bungalows.

A nuestra llegada, nos reunimos en la terraza-bar, donde nos recibieron con un lunch de té y pastas. Tras el checking y el reparto de habitaciones, el cansancio del viaje y la baja previsión de viento nos invitaron a un largo descanso. Un kiter sin viento se siente a la deriva. Sin embargo, en la terraza, el grupo comenzó a socializar de inmediato, marcando las primeras impresiones del viaje.

El servicio y la calidad de las comidas pronto se convirtieron en un punto destacado. Comprobamos que aquí, a diferencia de las grandes ciudades, la prisa es inexistente: si la comida está programada para las 14:00, puede servirse a las 15:00. Pero, ¿qué más da si Eolo no acompaña?

Mientras comíamos en el comedor con vistas privilegiadas a la laguna, notamos que se estaban impartiendo cursos de wingfoil. Aunque en un principio parecía poco viento, la visión de un wingfoiler levantando el vuelo con libertad despertó la euforia en Luigi, alimentando la urgencia por navegar.

Surgió el primer contratiempo: la escuela del hotel no disponía de material de wingfoil de alquiler. Adán, el dueño y gerente, demostró ser una persona resolutiva. Tras dos horas de intentos fallidos por conseguir el equipo, nos trasladó al cercano Lagoon Energy, la escuela Duotone en la orilla opuesta, contacto con ellos y tanto Magil, @imrane_elhafi96 y recepcionista mas asistentes de material, fue una experiencia perfecta, tan solo recordaros a todos llevar tarjetas fisicas para la reserva y deposito. Al entrar en el hangar, la escena era comparable a encontrar un tesoro: una vasta colección de material, el "ZARA de la navegación a vela". Solicitamos tablas y un wing para mí, ya que Luigi siempre viaja con su icónico Flysurfer MOJO de 7 metros

Con apenas una hora antes del cierre a las 19:00, nos lanzamos al agua. Fue una sesión brutal para el wingfoil. Compartimos el Lagoon con unos franceses llegados en vuelo directo desde Marsella y realizando cursos. El agua, aunque con unos modestos 8-10 nudos según nuestros cálculos, era un campo de juego perfecto. La logística de recogida fue eficiente: un tractor para acercar el material y una lancha de asistencia siempre vigilante.

Al regresar a nuestro hotel, las caras de los kiters que no habían podido navegar eran un poema que oscilaba entre la envidia, la rabia y la tristeza. Yo creo que nos odiaban sin aun conocernos, pero eso cambiara a lo largo de estos días de convivencia.

Noche de celebración, música saharaui y gastronomía

Al bar a por una cerveza y justo antes de la cena, Adán volvió a sorprender al grupo que andaba un poco caído. Para levantar el ánimo, organizó una actuación en la terraza de la escuela a la luz de una hoguera, con percusión, danza y cantos típicos de una comunidad Sáharaui. Para hacer la velada aún más memorable, la mesa estaba repleta de ostras y otros aperitivos que, de tan abundantes, ¡hasta sobraron!

La cena fue un festín delicioso preparado por el eficiente equipo de cocina, liderado por nuestro amigo "El Tío Pepe".

La jornada no terminó ahí. En la sobremesa, disfrutamos de una segunda actuación del grupo Sáharaui. A pesar del largo y agotador día, la sensación general era de completa satisfacción. Las expectativas para la navegación del domingo eran altas; doce de los riders soñaban con estrenarse en Dakhla.

🪁 Domingo: Low wind y primeros baños de kiters

El domingo amaneció con el mismo horario que en España (la luz llega a las 8:15 am), justo antes del desayuno a las 8:30. Mientras esperábamos en la terraza la señal de Tío Pepe para desayunar, planificamos la jornada. Los kiters veían una baja previsión, pero les animé a revisar el material disponible en el hangar del hotel y repartir material para hacernos a la idea de las necesidades, traer el material hubiese sido un error si no tenemos foil y cometas para 10 nudos. Los niveles de navegación son variados y tanto tenemos riders para clases como autosuficientes.

El desayuno resultó ser una agradable sorpresa con platos nuevos y sabores por descubrir. Lamentablemente, la previsión de 10-12 nudos se confirmó, un día de low wind que requiere velas de 15m o más, y una técnica depurada.

En el hangar, el material de kite del hotel era escaso, faltando unos cuatro o cinco equipos para cubrir las necesidades de los ocho kiters presentes, lo cual lamento no habver aconsejado viajar con boardbag propio. Para mi alegría, Marta y Javi Alutiz se unieron a la excursión de wingfoil. Alutiz quería avanzar en su aprendizaje, así que tres wingfoilers nos trasladaríamos de nuevo a Duotone (30€ media jornada). Marta, por su parte, traía su equipo de kite y solo alquilo cometa de 17m por unos 25€ la media jornada.

Ya de vuelta en la terraza del hotel con mejor cara para algunos riders que ya tenian su baño diario. La espera se hizo larga entre cafés y cervezas, permitiéndonos conocer a Simon, el camarero y fantástico percusionista. El día volvía a sentirse más gastronómico que náutico. Esperando darle la vuelta para los kiters, ya que el wingfoil lleva pleno de dias navegados.

La primera sesión de Kitesurf y todos tocamos agua.

Por la tarde, la llegada de un viento suave permitió el primer intento de navegación para los kiters. Los cuatro wingfoilers y Marta, quien alquiló una cometa de 17m, nos dirigimos a Lagoon Energy. Los ocho kiters restantes fueron en 4x4 a Speed Spot, una zona donde el viento entra mejor y ofrece seguridad al cubrir poco.

Faiz, el director de la escuela del North Lagoon, supervisó al grupo en Speed Spot. Eva tomó sus primeras clases de waterstart con largo levantada, mientras el resto disfrutaba. Aunque algunos kiters tuvieron que esperar en la orilla por falta de material adecuado, la satisfacción de navegar por primera vez se dibujó en la mayoría de los rostros.

La llegada al hotel y el ambiente en la terraza cambiaron por completo. El optimismo y las cervezas fluían junto con las anécdotas, como la de Javier Arpón, quien derivó hasta casi la Isla del Dragón, necesitando un rescate en lancha. Como dice un gran amigo: "un baño al día da alegría."

Barbacoa y una brillante actuación continua sorprendiendo a todos.

Para la cena, Adán el dueño de North Lagoon Dakhla había organizado una memorable barbacoa. Las mesas estaban dispuestas en forma de 'U' y, frente a nosotros, una cantante con una voz impresionante ofrecía una actuación en directo. Podías elegir tu carne y verduras crudas, y Tío Pepe se encargaba de cocinarlas a tu gusto. Luigi y yo, en un divertido despiste, cambiamos nuestros platos sin cocinar y terminamos comiendo el del otro, una anécdota que disfrutamos con risas.

Al terminar, la cantante nos invitó a bailar, y casi todo el grupo se unió. Tras la fruta de postre, la sobremesa en la terraza se convirtió en otra sesión de baile con música Sáharaui y Marroquí. Bailamos con camareros y monitores, una experiencia cultural y deportiva agotadora, incluso más que las dos horas de wingfoil.

🏃 Lunes: Running, surf y una sesión más a la buchaca.

El lunes me levanté a las 8:15 para una carrera matinal de 10 km rodeando la laguna a la que ningún valiente se apunto. La experiencia del running fue intensa, marcada por la presencia de numerosas manadas de perros salvajes, una advertencia de la fauna local a tener en cuenta. Ducha y al desayuno, disfrutando de más sabores nuevos y terminando, como de costumbre, con un té marroquí.

La mañana se dividió: unos optaron por el descanso o el paseo, y siete nos dirigimos a la zona de olas de Oum El Bouir para hacer surf, lo hicimos con tablas longboard de 8´ y 9´, usando neoprenos de 4/3 y 3/2. El gran fallo fue no llevar escarpines, ya que la zona tiene rocas y arrecifes robustos y cortantes. Lo mejor del spot es que para coger olas solo tienes que andar por la orilla, evitando el largo y agotador remado. Tras una hora, con las piernas cansadas por la carrera, regresamos al hotel.

Comimos un delicioso tallín de sémola con verduras y pollo, un plato abundante y muy visual.

Por la tarde, nos esperaban 12-14 nudos. Los wingfoilers (Luigi, Javi Alutiz y yo) nos trasladamos de nuevo a Duotone, dejando un depósito necesario al no estar alojados allí. Esta vez nos acompañaron Emilio y Marta, quienes alquilaron cometas de 17m, asegurándose una sesión de dos horas. Marta, con dos tardes seguidas navegando, estaba cada vez más motivada.

Para los wingfoilers, fue la tercera sesión de wingfoil, Luigi buscando desbloquear trasluchadas, Javi con el waterstart de rodillas marcadas y yo con las sentadas ya desbloqueadas. Al atardecer, regresamos al hotel. Antes de la cena, dejé un detalle en cada silla: una camiseta SLB mershandising de regalo.

🏆 Martes: El último cartucho para algunos riders.

El martes se denominó "el último cartucho". Los planes iniciales de ir a Duna Blanca con un evento especial y fiesta sunset de Adán se cancelaron, ya que la previsión de viento en Duna Blanca era inferior a la de North Lagoon y algunos riders preferían alquilar para garantizar la navegada con 12-14 nudos de previsión.

Durante la espera de la comida, dejé unos llaveros de Suelta La Barra en la mesa como recuerdo. El menú: un sabroso arroz con pescado especial para riders que aguantan 3 horas en el agua, la marea en la laguna sube e invitaba a los wingfoilers a entrar. Solo Jesús y Javier Arpón decidieron quedarse a navegar desde la orilla oeste del hotel con sus cometas de 14m.

El resto del grupo se dirigió al otro lado de la laguna con cometas de 17m. La decisión fue un acierto: Fernando no espera y el primero al agua, Emilio logró 2 horas y 25 km, Marta consiguió sus saltitos diarios, y para sorpresa de todos, Nekane también estaba navegando. El punto álgido fue Michel, cuyos gritos de "¡Soy el puto amo!" resonaron por todo el North Lagoon.

Los wingfoilers no se quedaron atrás: Luigi completó su cuarta sesión con una inmensa satisfacción. Javi Alutiz, en su tercera sesión en Dakhla, ya despegaba, haciendo largos completos y estable. Yo, con mi cuarta sesión y notando una clara evolución, desbloqueo las viradas y me sentía eufórico, cuatro de cuatro.

Terminamos la sesión justo antes de la puesta de sol. La cena, en honor a Luigi, fue italiana: unos deliciosos spaghetti bolognese. La comida, en general, siempre fue muy sana, abundante, y la amabilidad y atención del personal del North Lagoon Dakhla Hotel hicieron de la estancia un verdadero placer.

✈️ Miércoles: Regreso a España.

El miércoles marcaba el final del viaje. La mañana se acortó y programamos una comida a las 13:00 en Talha Mar, un reconocido restaurante y granja de ostras situado a orillas de la laguna. Destaca por su ambiente rústico y sobrio, ofreciendo marisco de excepcional frescura, especialmente ostras y langostas, con vistas directas a la laguna. Con el estómago lleno, nos dirigimos al aeropuerto de Dakhla para realizar el check-in en ventanilla, un trámite fácil y rápido. El embarque y la llegada a Madrid se produjeron a las 20:30.

Conclusiones y consejos para tu viaje a Dakhla

Aquí te dejo algunas conclusiones prácticas si estás pensando en viajar a Dakhla:

Transporte y material: Es relativamente fácil de transportar el boardbag, si dispones del material necesario te saldrá mas económico, aunque arriesgado.

Alquiler de material: Si no traes o tu hotel no tiene el material que buscas, hay opciones de traslado y alquiler en otros centros cercanos (como Duotone en Lagoon Energy).

Imprescindibles: Es fundamental traer escarpines debido a las rocas en la zona de olas (Oum El Bouir) y cangrejos en Laguna, además cualquier corte te fastidia las vacaciones.

Alimentos: Procura tener alimento para las excursiones o paseos, ya que no hay picoteo entre las comidas principales. El agua, las bacterias en verduras o en comidas cada vez son menores.

Moneda: No es necesario traer la moneda local (MAD) aqui todo se paga con tarjeta y en North Lagoon Dakhla Hotel con euros también puedes pagar.

Clima y ropa: La ropa de pantalón corto y chanclas es necesaria incluso en invierno o meses fríos, pero también lo es la ropa de abrigo para las mañanas y las noches. Con mínimas de 10 grados y viento, necesitarás una chaqueta o cortavientos además de la sudadera.

Actitud: Traer muchas ganas, sin ellas no merece la pena venir a Dakhla, si no se navega tienes que tener ganas de bailar, surfear, conocer la zona y su gente.

Precios: Las consumiciones en los hoteles son más caras, doblando los precios de España (cervezas a 5 o 6 euros). Los alquileres diarios 60€ y medios días 30€ con deposito de 1500€ por si rompes o pierdes material.

Las eSIM de Holafly y eSIMflag: 

Para mantenerte conectado, las tarjetas SIM virtuales (eSIM) son la mejor opción, evitando las costosas tarifas de roaming.

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Y ahora que has leído este artículo sobre nuestro viaje de amigos de SLB, ¿te apuntas a la próxima puente 1 de mayo 2026? Contacta conmigo y te apunto para mandarte información o pasate por la sección de trips SLB https://sueltalabarra.com/pages/suelta-la-barra-trips


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